Según el Instituto Nacional del Cáncer, el consumo de alimentos que se han cocinado más allá de una temperatura de 248 grados Fahrenheit, que incluye palomitas de maíz quemadas, puede conllevar un riesgo para la salud debido a la formación de acrilamida posiblemente cancerígena. Inhalar el humo de las palomitas de maíz quemadas también podría representar un riesgo para la salud.
Aunque los estudios en humanos están incompletos a partir de 2014, la Organización Mundial de la Salud ha incluido la acrilamida en los alimentos como una preocupación importante y enfatiza la necesidad de más investigación sobre los riesgos dietéticos de acrilamida. La EPA clasifica el humo como partículas finas, que tienen una mayor probabilidad de agravar el asma o causar otros síntomas respiratorios.