Guarde el ajo fresco en el refrigerador y utilícelo dentro de la semana posterior a la compra o cosecha. Almacene los bulbos de ajo seco comprados en el supermercado a temperatura ambiente en lugares oscuros con buena circulación de aire.
Almacene los bulbos de ajo secos en un lugar oscuro, como un armario cerrado o en el mostrador, debajo de un recipiente invertido para evitar que la luz brote. Las bolsas de papel y las bolsas de malla también sirven para almacenar el ajo siempre que se coloquen en un área oscura y aireada. El ajo seco dura meses si se almacena adecuadamente, pero una vez que los dientes se hayan desprendido de un bulbo de ajo entero, use el resto tan pronto como sea posible. Almacene el ajo picado colocándolo en un recipiente hermético y guardándolo en el refrigerador. Almacenar el ajo seco en el congelador produce una pérdida de sabor.