La seguridad alimentaria es esencial para proteger a las personas contra las bacterias y los parásitos que pueden transmitirse a través del consumo de alimentos. Al practicar la manipulación segura de los alimentos, se pueden prevenir enfermedades y muertes.
El manejo seguro de los alimentos comienza en la producción y continúa a través del proceso de preparación. Si se ha producido un manejo inseguro en cualquier etapa, podría existir un peligro potencial. Ha habido ocasiones en que se ha producido contaminación en la etapa de producción y procesamiento de carne, y si se produce contaminación durante la fabricación, un consumidor podría cocinar inadvertidamente carne contaminada. Para evitar este riesgo de alimentos, se han establecido directrices estatales y federales. Estas pautas permiten a los funcionarios inspeccionar las plantas de producción y procesamiento de carne para poder abordar los riesgos potenciales de contaminación.
En 1906, se implementó la Ley de Inspección de Carnes para proteger a los consumidores contra las malas prácticas de manejo de alimentos. La Ley de Inspección de la Carne fue enmendada y reemplazada en 1957 por la Ley Federal de Inspección de la Carne, que proporcionó estándares más altos para el manejo de la carne. El FMIA tiene el poder de inspeccionar y citar cualquier planta para garantizar la seguridad de los alimentos. Cualquier planta que incumpla repetidas veces puede cerrarse temporalmente.
La seguridad en el manejo de alimentos es igual de importante a nivel del consumidor porque muchos consumidores han contaminado alimentos por falta de conciencia. Al practicar la higiene antes de manipular alimentos y asegurarse de que todos los utensilios y superficies estén limpios, se puede evitar la contaminación de los alimentos. La seguridad alimentaria también requiere que los alimentos se cocinen y se almacenen a una temperatura segura. La mejor manera de garantizar que los alimentos se almacenen de manera segura es permitir que se descongelan en un refrigerador. La contaminación cruzada es también una causa común de contaminación de los alimentos. Al usar siempre utensilios y superficies limpios que no han tocado otros alimentos, el riesgo de contaminación cruzada puede reducirse considerablemente.