Una calabaza sin cortar durará entre 2 a 3 meses en el mostrador de la cocina y entre 3 y 5 meses si está refrigerada. Las calabazas también se pueden almacenar en una despensa fresca y seca. Cuando se corta en pedazos, la vida útil de una calabaza es diferente.
Por ejemplo, la calabaza recién cortada durará de 2 a 3 días en el refrigerador y hasta 8 meses en el congelador. Si es una calabaza tallada, puede durar hasta 8 días en buen estado antes de que empiece a deteriorarse. Para extender la vida de una calabaza tallada, retire la pulpa y las semillas de su interior, y rocíe una mezcla de lejía y agua sobre toda la superficie. Después de usar el spray de cloro para evitar problemas de podredumbre, la calabaza se puede frotar con vaselina.
