Los fideos instantáneos son una fuente popular y barata de carbohidratos y grasas, pero también aumentan el riesgo de cambios metabólicos en las personas, lo que podría provocar enfermedades cardíacas, diabetes y derrames cerebrales. Contienen altas cantidades de MSG y diversos aditivos y conservantes que afectan la absorción de nutrientes a lo largo del tiempo. Algunos productos químicos encontrados en los fideos instantáneos se han relacionado con el cáncer.
Los riesgos para la salud asociados con el consumo de grandes cantidades de fideos instantáneos a lo largo del tiempo se derivan principalmente del alto contenido de sodio y grasa insaturada. Un estudio de Corea del Sur descubrió que estos efectos no se mitigaban con el ejercicio o con una dieta saludable.
Los fideos instantáneos también están recubiertos con cera junto con un producto químico, el propilenglicol, que se acumula en el corazón, el hígado y los riñones, lo que provoca un debilitamiento del sistema inmunológico y una serie de otras anomalías y daños. Los fideos instantáneos no se digieren fácilmente, permanecen en el estómago mucho más tiempo que sus homólogos caseros y ejercen presión sobre el sistema digestivo. Las grandes cantidades de MSG encontradas en fideos instantáneos también se han relacionado con disfunción cerebral, problemas de aprendizaje, enfermedad de Parkinson, enfermedad de Alzheimer y obesidad.
En general, los alimentos procesados están diseñados para ser adictivos y fomentar los antojos de alimentos excesivos, lo que lleva a la resistencia a la insulina y la inflamación crónica.