Los huevos duros enteros y las claras de huevo duros se vuelven acuosos y duros cuando se congelan. Sin embargo, las yemas de huevo duras y las claras de huevo crudas pueden congelarse.
Para congelar las yemas de huevo, deben cocinarse por separado en agua hirviendo y envasarse en recipientes para congelar. Para congelar los blancos, se deben empacar separados de las yemas y congelados crudos. Las yemas deben cocinarse por adelantado o batirse con sal, azúcar o jarabe de maíz. Congelar huevos enteros implica batirlos hasta que se mezclen y congelar la mezcla. Los huevos congelados duran hasta un año. Para usarlos, es mejor descongelarlos durante la noche en el refrigerador o con agua fría.