El queso mozzarella procesado se puede congelar y se mantiene hasta seis meses en el congelador. El queso mozzarella pierde humedad cuando se congela y desarrolla una textura desmenuzable. Debido a esta textura, el queso mozzarella descongelado solo es apropiado para usos en los que se derrite.
El queso mozzarella fresco no se congela tan bien como las variedades procesadas y no es apropiado para la congelación. La mozzarella descongelada no se puede sustituir en recetas que requieran queso fresco. Esto se debe a las diferencias en sabor y textura. La mozzarella baja en grasa tiene más agua que las variedades con toda la grasa, lo que afecta la cantidad de humedad que se pierde durante la congelación y la forma en que se derrite cuando se descongela.
