La sandía está llena de nutrientes beneficiosos pero, en grandes cantidades, también causa algunos efectos secundarios incómodos. Dado que la sandía es rica en fibra, puede desencadenar brotes en trastornos intestinales como la enfermedad de Crohn o el síndrome del intestino irritable y causar gases, hinchazón y diarrea.
La sandía también contiene más de 6,888 microgramos (6,8 miligramos) de licopeno, un poderoso antioxidante conocido que reduce el estrés, reduce el colesterol y ayuda a prevenir el cáncer. Sin embargo, según WebMD, la investigación muestra que el licopeno podría empeorar el cáncer de próstata existente. Otros estudios, señalados por Fitday, también indicaron que consumir grandes cantidades de licopeno, más de 30 miligramos por día, podría causar reacciones alérgicas y desequilibrios del sistema inmunológico.