La leche en mal estado puede causar una intoxicación por alimentos y provocar vómitos y diarrea. Los síntomas específicos y la gravedad de la enfermedad dependen de qué microorganismos colonizan la leche en mal estado y cuánto ingiere. En casos raros, las bacterias pueden causar enfermedades que amenazan la vida, especialmente si la leche no se ha manejado correctamente.
Aunque la mayor parte de la leche disponible para los consumidores está pasteurizada, sigue siendo segura por poco tiempo después del tratamiento. Los fabricantes usan sellos de fecha para identificar este período seguro y brindan a los consumidores una guía sobre cuándo sus productos podrían volverse inseguros. El manejo inadecuado, como dejar que la leche se asiente a temperatura ambiente, puede acortar drásticamente su vida útil segura.