La mezcla estándar de pollo frito consiste en harina, condimento y huevo, con la opción de suero de leche mezclado con el huevo para un sabor extra. Con solo estos pocos ingredientes y algo de pollo, es posible un pollo frito con calidad de restaurante.
Para hacer la mezcla de pollo frito, bate 2 huevos con 1/4 taza de suero de leche y sazona al gusto. Llene un bol para mezclar con 1 taza de harina, sal, pimienta. Si lo desea, agregue pimienta de cayena como especia o un toque de harina de maíz para hacer crujientes. Prepare una freidora de mesa o una sartén con un aceite de alto calor, como el cártamo, el maní o la canola. Llevar el aceite hasta 350 grados. El pollo frito tiene una reputación de ser delicado, ya que es difícil controlar el calor del aceite y obtener el pan crujiente y distintivo en el exterior del ave, por lo que es importante asegurarse de que la temperatura del aceite sea correcta.
Cubra los trozos de pollo a temperatura ambiente en la mezcla de harina. Dragar los trozos de pollo en la mezcla de huevo hasta que estén bien cubiertos. Tirarlos una vez más en la harina. No se preocupe si el bateador es grumoso; eso es lo que le da al plato una textura crujiente una vez que está frito. Freír el pollo hasta que esté dorado, girando con unas pinzas según sea necesario. Usando un termómetro para carne, verifique que la temperatura interna sea de 165 grados. Esto asegura que el pollo se haga por dentro.