La mayonesa sin abrir, producida comercialmente, es casi indefinidamente estable en almacenamiento. Una vez abierta y refrigerada, puede seguir siendo segura para consumirla durante dos o tres meses después de su fecha de "compra". Sin embargo, su color y sabor pueden degradarse y volverse desagradables.
La larga vida útil de la mayonesa preenvasada se debe en gran parte a su acidez, huevos pasteurizados y conservantes. Los investigadores incluso han encontrado estos ingredientes para impedir el crecimiento de la bacteria de la salmonela y estafilococo en la ensalada de jamón y pollo hecha con carne contaminada. Si bien la mayonesa producida comercialmente puede ser más segura de lo que tradicionalmente se piensa, aún se deben seguir los procedimientos adecuados de manejo de alimentos para mantener su estado físico para el consumo.