El yogur se puede comer sin refrigerar durante 4 a 6 horas. Los procesos utilizados para crear este producto lácteo aumentan la acidez de la leche, lo que también ayuda a prevenir el deterioro.
El moho es la principal amenaza para el yogur no refrigerado. A medida que crece, el moho reduce la acidez del producto, lo que permite que crezcan los patógenos.
El yogur es una fuente importante de nutrientes y cultivos vivos que ayudan a un sistema digestivo saludable. El fabricante introduce bacterias vivas y útiles en la leche y mantiene el producto a una temperatura para estimular su crecimiento. A medida que la leche se fermenta se cuaja, formando un producto espeso y espeso. La refrigeración prolonga los tiempos de almacenamiento del producto terminado.