En general, se aconseja a los pacientes que no coman ni beban nada después de la medianoche anterior a la cirugía, según la Sociedad Americana de Anestesiólogos. También deben evitar tomar bebidas alcohólicas por 24 horas después de la cirugía.
El British Journal of Anesthesia afirma que fumar y beber de manera peligrosa son factores de riesgo significativos que afectan la tasa de complicaciones después de la cirugía. Beber de manera peligrosa implica consumir tres o más bebidas alcohólicas por día, con una sola bebida que contiene 12 gramos de etanol, según lo descrito por la Organización Mundial de la Salud. Abstenerse de beber alcohol de tres a ocho semanas antes de la cirugía puede reducir en gran medida la aparición de complicaciones postoperatorias graves, como infecciones y complicaciones de heridas y cardiopulmonares.
El consumo excesivo de alcohol afecta la capacidad inmunológica, la función cardíaca y la respuesta al estrés metabólico, dice el British Journal of Anesthesia. También induce disfunción muscular. Las complicaciones comunes relacionadas con el alcohol incluyen episodios de sangrado, complicaciones cardiopulmonares e infecciones postoperatorias. El riesgo se mantiene para todo tipo de cirugía en cualquier entorno. Los estudios revelan que la ingesta peligrosa de alcohol aumenta la morbilidad postoperatoria, con una tasa de complicaciones superior al 50 por ciento en pacientes que beben de tres a cuatro bebidas al día. La tasa de complicaciones aumenta de 200 a 400 por ciento cuando los pacientes consumen cinco bebidas o más por día.