El Gouda envejecido es un buen ejemplo de queso duro, definido como uno con una textura que va desde elástico a temperatura ambiente hasta lo suficientemente fuerte como para rallar, según la American Cheese Society. Gouda tiene un sabor fuerte, dulce y de nuez que aumenta con la edad.
La American Cheese Society clasifica muchos quesos familiares como "duros" o "firmes". Además de los gouda añejos, la lista de quesos duros incluye la mayoría de los estilos de cheddars, dry jack, suizo, gruyere y parmesano. Dependiendo de la variedad y el artesano o fabricante, el queso duro puede consistir en leche cruda o pasteurizada con sabores que van desde leves a picantes.