Las calabazas frescas se congelan bien si se seleccionan y preparan adecuadamente. Una calabaza que esté madura pero que no esté blanda o seca es mejor para congelar. Después de que las semillas hayan sido removidas, se deben cortar y cocinar antes de congelarlas.
La calabaza debe estar cocida hasta que esté suave. Varios métodos proporcionan resultados satisfactorios. Los trozos de calabaza se pueden hervir en una olla grande de agua o se pueden preparar en una olla a presión. Asar la calabaza en el horno funciona igual de bien. Después de que las piezas se hayan enfriado, colocarlas en recipientes, no en bolsas, les ayuda a mantener sus formas. Un poco de espacio debe dejarse abierto en la parte superior. Los contenedores no se llenan completamente.