Un vino blanco seco como el chardonnay es ideal para cocinar una salsa de crema, salsa o pollo, mientras que el pinot grigio crujiente y refrescante se combina mejor con mariscos y mariscos. La acidez de un pinot grigio complementa mejor a los peces, mientras que la intensidad de un chardonnay hace ricas salsas.
Para platos de verduras, un vino ligero, afrutado y floral como un sauvignon blanc es una buena opción. Solo un poco de este vino para desglasar una sartén hace una gran contribución al sabor general de un plato. Una vez abierta, una botella de vino blanco es adecuada para cocinar hasta dos semanas.