La mejor manera de preparar una costilla principal es hornearla, no asarla. La costilla asada puede hacer que pierda humedad y la carne se vuelva dura.
Lo mejor es dejar reposar la costilla principal hasta que esté a temperatura ambiente y luego hornearla a 425 grados Fahrenheit durante 15 minutos. Después de que hayan transcurrido los primeros 15 minutos, disminuya la temperatura a 325 F durante dos horas y 45 minutos para ayudar a que la carne aumente la humedad. Esto hace que la costilla sea jugosa y tierna, ya que la carne se chamuscó solo por un corto período de tiempo en lugar de cocinarla a fuego alto continuamente.