Un deseo por las cebollas es una indicación de que el hígado no está funcionando tan bien como debería. Estos antojos significan que el cuerpo carece de azufre. Las cebollas contienen azufre, lo que mejora la función hepática.
Es importante que el hígado funcione correctamente porque ayuda a descomponer las toxinas y a equilibrar las hormonas. Comer muchos alimentos grasosos puede ser la fuente de disminución de la función hepática. Esto tensa el hígado y no permite que se descompongan los alimentos adecuadamente. Hay algunos signos físicos que indican que el hígado está en peligro, como el color amarillo en los ojos y las uñas y manchas rojas alrededor de las cejas.