Las hojas de laurel no son venenosas. Las hojas de laurel son difíciles de comer debido a la amargura y al ser puntiagudas. También pueden causar molestias y lesiones esofágicas si se ingieren.
Las hojas de laurel generalmente se dejan enteras en las recetas para evitar molestias. Facilita la eliminación de los alimentos. Las hojas de laurel tienen un sabor muy fuerte y pueden abrumar un plato. Si las hojas se trituran o se trituran, las hojas se vuelven más potentes. Las hojas de laurel pueden actuar como repelente. La dispersión de las hojas de laurel alrededor de la despensa repelerá polillas, moscas, cucarachas, ratones y peces plateados. Es un ingrediente activo en matar tarros. Los vapores liberados matarán lentamente a los insectos.