El cerdo se recalienta de manera segura tanto en microondas como en hornos convencionales. Es importante recalentar el cerdo a una temperatura interna de al menos 160 grados Fahrenheit para destruir microorganismos y hacer que sea seguro para el consumo.
La mejor manera de recalentar grandes cantidades de carne de cerdo es en un horno convencional a 325 grados Fahrenheit. El cerdo debe cubrirse herméticamente para evitar que se seque, y luego calentarlo hasta que la temperatura interior alcance el nivel adecuado. Un termómetro de lectura instantánea facilita la temperatura de la carne. Se pueden cubrir y recalentar cantidades más pequeñas de carne en un horno de microondas a potencia media.