El camarón tiene un alto contenido de colesterol, y una gran parte del mismo se importa de Asia, donde los pesticidas y los antibióticos que son perjudiciales para los seres humanos son parte de las prácticas agrícolas. Sin embargo, el camarón también es rico en proteínas y en varios nutrientes, y bajo en grasas saturadas y trans, lo que proporciona algunos beneficios para la salud.
En un estudio de 1996, 18 participantes experimentaron un aumento del 7% en el colesterol malo al comer una dieta alta en camarones. Además, más del 90 por ciento del camarón que se consume en los Estados Unidos se importa, principalmente de Vietnam, Bangladesh y Tailandia, donde las granjas de camarones superpobladas son un hábitat perfecto para las enfermedades. La Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos solo analiza el 2 por ciento de los productos pesqueros importados.
También hay beneficios al comer camarones. En el mismo estudio de 1996, los 18 participantes con una dieta alta en camarones experimentaron un aumento del 12 por ciento en el colesterol bueno y una disminución del 13 por ciento en los triglicéridos durante tres semanas. El camarón es rico en proteínas, vitamina D, vitamina B3 y zinc, lo que ayuda en el almacenamiento de grasas, la regulación del gasto energético y la pérdida de peso en general. El camarón también proporciona selenio, lo que puede reducir el riesgo de cáncer. El camarón también tiene un bajo contenido de grasas saturadas y grasas trans, las cuales tienen un impacto negativo más significativo en el colesterol en la sangre que el colesterol en la dieta.