El melón amargo se usa para tratar problemas gastrointestinales y otros problemas estomacales, así como úlceras, estreñimiento, colitis y gusanos intestinales. También se utiliza para tratar la diabetes, cálculos renales, fiebres, psoriasis y enfermedades del hígado. El melón amargo se puede usar en la piel para ayudar a tratar los abscesos y otras heridas, así como un tratamiento de apoyo para las personas con SIDA o VIH.
Aunque el melón amargo es parte de una variedad de tratamientos, no hay pruebas suficientes para determinar si es realmente efectivo o no. Hasta ahora, los resultados de la investigación que determinaron su efectividad como tratamiento para la diabetes han sido contradictorios y no concluyentes. Algunos estudios han demostrado que la fruta del melón amargo, su jugo o extracto de melón amargo mejora la tolerancia a la glucosa en personas con diabetes tipo 2. Estos estudios también muestran que reduce los niveles de azúcar en la sangre y también reduce la HbA1c. Otra investigación que se ha realizado con respecto a la efectividad del melón amargo no ha sido prometedora. Los estudios también han encontrado que el melón amargo puede tener una interacción moderada con los medicamentos para la diabetes. Tanto el melón amargo como los medicamentos para la diabetes están diseñados para reducir el azúcar en la sangre, por lo que tomar ambas sustancias juntas puede hacer que los niveles de azúcar en la sangre bajen demasiado.
El melón amargo también tiene muchos beneficios nutricionales. Es una excelente fuente de vitaminas B1, B2, B3 y C. También contiene magnesio, folato, zinc, manganeso, fósforo y fibra. La verdura también es rica en hierro, betacaroteno, calcio y potasio. Además, contiene fitonutrientes únicos que tienen efectos hipoglucémicos y pueden ayudar a los pacientes con diabetes a mantener su azúcar en la sangre en el rango normal.