Comer proporciona al cuerpo los nutrientes esenciales que necesita para una salud óptima, que incluye proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales. La digestión está influenciada por la cantidad y el tipo de alimento consumido. Los alimentos ricos en proteínas o grasas, como el pescado y la carne, tardan más en moverse por el tracto digestivo que los alimentos ricos en fibra, como las frutas y verduras. Los carbohidratos simples, como los dulces y las galletas, se mueven a través del sistema más rápido.
Un estudio de la Clínica Mayo de la década de 1980 encontró que la cantidad de tiempo que los alimentos permanecían en el intestino grueso era de 47 horas para las mujeres y 33 horas para mí en promedio. Los problemas digestivos también afectan la forma en que se digieren los alimentos, incluida la enfermedad celíaca, el síndrome del intestino irritable, la enfermedad inflamatoria intestinal, la intolerancia a la lactosa y la enfermedad por reflujo gastroesofágico, entre otros.
Tres etapas de la digestión
Oral : los dientes y la lengua trabajan juntos para descomponer los alimentos y lubricarlos con saliva del forro de la boca, así como con otros tres glándulas Esta mezcla convierte los alimentos en una masa redondeada llamada bolus que es fácil de tragar, como se señala en un artículo en el San Francisco Chronicle.
Consejos para mantener un sistema digestivo robusto
Coma de manera saludable : una de las mejores maneras de mantener el sistema digestivo en marcha es mantenerse hidratado y comer Dieta rellena con verduras ricas en fibra, frutas, granos enteros, semillas sin procesar y nueces y verduras como frijoles, toma nota de Everyday Health. Estos alimentos ayudan a la digestión moviendo los alimentos a través del sistema digestivo rápidamente, ayudan a prevenir el estreñimiento, alimentan a las bacterias intestinales y ayudan a perder peso.
Coma con moderación : evite los alimentos, como los procesados o la comida rápida, ya que son difíciles de manejar para el cuerpo. Los alimentos ricos en azúcar alteran el equilibrio de las bacterias intestinales, lo que produce estreñimiento, diarrea, gases, hinchazón o cólicos.
Probióticos : los probióticos ayudan a restablecer el equilibrio intestinal reduciendo el crecimiento de bacterias dañinas. Muchos alimentos son naturalmente ricos en probióticos, como yogur natural, kéfir, chucrut, miso y verduras fermentadas, como los pepinillos.
Ejercicio, control del estrés y sueño : el tracto digestivo responde bien cuando el ejercicio, como caminar o nadar, se realiza a diario. La meditación, la respiración profunda y el yoga ayudan a reducir el estrés y ayudan a la digestión. La calidad del sueño permite que el sistema digestivo se relaje y se restaure entre las comidas y los ciclos digestivos presentes a lo largo del día.
Higiene dental : masticar es el primer paso que se toma para descomponer los alimentos que satisfacen las necesidades nutricionales del cuerpo para una salud óptima. Es importante cepillarse los dientes y usar hilo dental a diario y visitar a un dentista con regularidad.