El tiempo de cocción del pollo varía según la receta individual y cómo se prepara el pollo. Si bien no hay un tiempo de cocción estándar, los expertos en salud sugieren que el pollo se cocine hasta que la temperatura interna alcance 165 grados Fahrenheit.
Cocinar carnes, como el pollo, a temperaturas específicas ayuda a garantizar que los gérmenes dañinos se destruyan para prevenir la intoxicación por alimentos y otras enfermedades transmitidas por los alimentos que resultan de la carne mal cocida. Algunos tipos de carne deben dejarse reposar durante unos minutos antes de probar la temperatura para garantizar un calentamiento adecuado. El pollo, el pavo y el cerdo no requieren un período de descanso.