Los fabricantes de pudines, como Kraft Foods, aconsejan no congelar los pudines preparados o envasados comercialmente, ya que pueden afectar negativamente el sabor y la textura. Sin embargo, los postres hechos de cero o con mezclas instantáneas se pueden congelar.
Los pudines caseros que contienen leche, huevos y maicena mantienen una mejor consistencia después de descongelar. Los budines hechos con leche descremada o no láctea, como la soya o la almendra, pueden perder su forma después de descongelarse debido al alto contenido de agua de la leche utilizada. Para evitar la decoloración, se puede combinar 1 cucharada de jugo de limón con cada porción de 1 taza de puré de plátanos en una receta de pudín. El pudín de plátano hecho en casa se debe transferir a un recipiente hermético y seguro para el congelador antes de congelarlo.