Las recetas estandarizadas permiten que las operaciones de servicio de alimentos preparen repetidamente un producto consistente. Esto permite a las cocinas preparar alimentos en grandes cantidades sin un cambio en la calidad o el tamaño de la porción.
Tener un conjunto de recetas estándar les permite a los gerentes calcular la cantidad exacta de ingredientes para comprar para satisfacer sus necesidades y presupuesto. Los menús y las decisiones de compra se pueden tomar por adelantado, liberando tiempo y dinero para otras preocupaciones. Los menús estándar también aceleran el flujo de trabajo después de que el personal haya aprendido las recetas, lo que reduce la necesidad de supervisión directa. Las recetas estándar reducen la cantidad de sorpresas inesperadas encontradas durante las operaciones normales de la cocina.