Los tomates enlatados en el hogar que se conservan siguiendo una receta probada, con técnicas adecuadas de procesamiento y almacenamiento, pueden almacenarse de manera segura por un año. Después de un año, los tomates comienzan a perder calidad. Pueden ocurrir cambios químicos naturales que resultan en un cambio de color, sabor y valor nutricional.
Después de que los tomates hayan sido procesados, las bandas deben retirarse del frasco y las tapas deben lavarse. Etiquete cada frasco con el producto que se procesó y la fecha. Almacene los frascos de tomate en una habitación sin luz solar directa, ya que la luz puede destruir las vitaminas y atenuar los colores. La temperatura ideal de almacenamiento es entre 50 y 70 grados Fahrenheit.
