El almacenamiento adecuado ayuda a prevenir la rancidez de los alimentos, especialmente el aceite y los productos que contienen aceite. Mantener el aceite en botellas bien tapadas lejos de la exposición al aire, el calor directo y la luz solar ayudan a controlar la aparición de rancidez.
El agua y los microorganismos también hacen que algunos alimentos grasos se vuelvan rancios tras la rancidez hidrolítica y la rancidez microbiana, respectivamente. Mantener los alimentos grasos lejos del agua y los microbios es esencial.
Otra forma de prevenir o reducir la aparición de rancidez es usar antioxidantes. Algunos antioxidantes naturales utilizados para alimentos incluyen ácido ascórbico y tocoferol. Sin embargo, el uso de antioxidantes sintéticos, como el hidroxianisol butilado y la etoxiquina, le da a los alimentos una vida útil más larga.