Los impactos negativos potenciales de la biotecnología incluyen los riesgos para los humanos que comen alimentos derivados de plantas o animales modificados genéticamente, y el riesgo de daños a las plantas nativas y los ecosistemas por las plantas modificadas genéticamente. También existe la preocupación de que los agricultores Las finanzas sufren cuando las corporaciones monopolizan semillas modificadas u otros productos agrícolas.
Los cultivos modificados genéticamente son los principales productos de la biotecnología agrícola. Otra preocupación es el uso de hormonas en animales, como la hormona de crecimiento bovino recombinante artificial que causa infecciones y otros problemas de salud en las vacas. Los estudios no son concluyentes sobre si el cáncer y otros posibles efectos negativos para la salud en los seres humanos son causados por el consumo de productos alimenticios de animales tratados con hormonas artificiales.
Los cultivos modificados genéticamente pueden contaminar las plantas naturales con polen y genes genéticamente modificados, crear nuevas cepas de virus o malezas, interrumpir el control natural de plagas y contaminar el suelo con toxinas que pueden dañar la cadena alimentaria. Estas toxinas pueden dañar a los trabajadores agrícolas, a sus familias y a otros en la comunidad donde se cultivan cultivos modificados genéticamente.
La limitación de los cultivos de los agricultores a un menor número de variedades modificadas por ingeniería genética también limita la biodiversidad, lo que es importante para la sequía y las enfermedades que afectan a las plantas. Si hay menos variedades o especies en un ecosistema, la población es más vulnerable a una plaga de monocultivo que podría eliminar un elemento importante en el suministro de alimentos.
Algunos países donde se venden OGM carecen de supervisión y control adecuados de los organismos para proteger a las personas y al medio ambiente.