Los alimentos que promueven la alcalinidad incluyen frutas y verduras, granos enteros, nueces /semillas y fuentes de proteínas de origen vegetal como los frijoles y el tofu. Los lácteos, los huevos, la carne, la mayoría de los granos, los alimentos procesados, el alcohol y la cafeína se consideran ácidos y no se consideran parte de una dieta alcalina.
La sangre humana tiene un nivel de pH normal de entre 7,35 y 7,45, lo que la hace ligeramente alcalina. Los defensores de las dietas alcalinas creen que una dieta rica en alimentos que producen ácidos altera este equilibrio y promueve la pérdida de minerales esenciales como el potasio, el magnesio, el calcio y el sodio. Se cree que este desequilibrio provoca enfermedades. Creen que comer alimentos sin ácido ayuda al cuerpo a mantener su nivel óptimo de pH en la sangre, lo que resulta en una mejor digestión, menos hinchazón y flatulencia, mejor energía y menos antojos, así como una menor enfermedad.
Para equilibrar los alimentos formadores de ácido y alcalinos, siga la regla 80/20 en cada comida: 40 por ciento de verduras, 40 por ciento de granos y 20 por ciento de proteínas.
Aunque la dieta alcalina puede promover la pérdida de peso y la salud cardiovascular debido a su enfoque en las frutas y verduras, los alimentos no cambian sustancialmente el pH de la sangre, según WebMD. La dieta alcalina no debe ser utilizada por personas embarazadas, con cáncer, insuficiencia renal o enfermedad cardíaca. Las personas que toman medicamentos que afectan los niveles de potasio en el cuerpo deben buscar orientación médica.