Si bien no existe una única definición verdadera de carnes procesadas, generalmente significa cualquier carne que haya sido curada, salada o ahumada, o cualquier carne a la que se hayan agregado químicos. Algunos ejemplos de carnes procesadas incluyen Perritos calientes, bologna y salami.
Según el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer, una persona debe evitar comer carnes procesadas y debe limitar la cantidad de carne roja en una dieta regular a no más de 18 onzas por semana. El proceso por el cual la carne se cura puede destruir las células sanas en el cuerpo, lo que puede llevar a una variedad de cánceres, incluido el cáncer colorrectal.