Retire el pollo frito del refrigerador y colóquelo en una bandeja para hornear forrada con papel de aluminio. Dejar reposar durante 30 minutos para que el pollo alcance la temperatura ambiente. Precaliente el horno a 350 grados Fahrenheit. Coloque la bandeja en el horno durante 15 a 20 minutos y sirva inmediatamente.
Para obtener mejores resultados, rocíe el pollo ligeramente con agua antes de colocarlo en el horno para asegurarse de que la carne no se seque. Antes de servir, seque el pollo con toallas de papel ligeramente para absorber el exceso de grasa.
Evite el microondas cuando intente recalentar el pollo frito, ya que esto secará la carne y dejará la piel dura y ya no estará crujiente.