Las uvas deben refrigerarse para prolongar su vida útil. No deben lavarse hasta que estén listas para su uso debido a que el exceso de humedad puede causar que se echen a perder.
Las uvas continúan madurando después de haber sido cosechadas. Refrigerarlas ralentiza el proceso de maduración. Las uvas frescas tienen un tallo verde, mientras que las uvas más viejas se han secado y los tallos marrones. Las uvas también pueden congelarse para prolongar su vida útil.
Una taza de uvas tiene 104 calorías. Contienen altos niveles de vitamina C y vitamina K. Son bajos en grasas saturadas, sodio y colesterol. Las uvas están compuestas principalmente de carbohidratos y tienen altos niveles de azúcar.