Marsala de pollo con un vino tinto de cuerpo ligero, uno con menos taninos y menos presencia en el paladar, según Wine Spectator. Vinos ligeros y afrutados, como los producidos con la uva Gamay. Varietal, son buenos candidatos. Un ejemplo comercial clásico de esto es el vino francés Beaujolais Nouveau.
Wine Spectator señala que el maridaje preciso debe reservarse para ocasiones especiales, destacando que es mejor elegir vinos que se disfrutarían por su cuenta. Teniendo esto en cuenta, cualquier rojo frutado de cuerpo ligero debe emparejarse sólidamente con la marsala de pollo; la clave es equilibrar la pesadez relativa de la salsa Marsala y el pollo a la parrilla.