El pescado se puede freír a una temperatura diferente dependiendo de lo que se esté haciendo, pero la mayoría de las recetas requieren que el pescado se fríe a 375 grados Fahrenheit. Al cocinar el pescado, es importante controlar la temperatura para que no haga demasiado calor o demasiado frío.
El uso de un termómetro para freír o caramelos cuando se fríe puede ayudar a controlar la temperatura. Otra forma de verificar la temperatura es observar qué sucede cuando se coloca el filete o el pescado entero en el aceite caliente de la sartén. Si comienza a chisporrotear, entonces el aceite está listo y a la temperatura adecuada. Si el pez se hunde, entonces la temperatura debe aumentarse ligeramente y luego volver a controlarse.
Si se está haciendo un plato con varias piezas de pescado, entonces la temperatura del aceite deberá aumentar a medida que se agregue el pescado extra. La temperatura del aceite disminuye a medida que se agregan peces adicionales a la mezcla. También es importante que el pescado esté bien cocinado en cada lado. Cuando el pescado o los filetes son de color marrón dorado, se hacen y se pueden retirar de la sartén. Para agregar un sabor simple, sal y otros condimentos como el eneldo o la pimienta de limón se pueden espolvorear sobre el pescado.