Martha Stewart sugiere hervir huevos y dejarlos reposar durante 12 minutos para obtener el huevo duro perfecto, aunque la idea de la perfección varía según el gusto individual. Dejando caer el huevo en agua ya hirviendo es más preciso que partir de agua fría para obtener huevos hervidos más suaves.
Para una yema más firme, comience los huevos en agua fría y deje que se calienten gradualmente. Comience a cronometrar cuando note que el agua está hirviendo. Hervir los huevos en suficiente agua para cubrirlos por 1 1/2 pulgadas, sumergiéndolos completamente. La elección de los huevos más viejos generalmente significa que la membrana de la cáscara está debilitada y es más fácil de pelar.
Después de que se acabe el tiempo, retire los huevos del agua caliente y sumérjalos inmediatamente en agua fría. Esto los conmueve y evita que se cocinen más tiempo del deseado, preservando el estado de la yema. Para obtener los mejores resultados, use agua con hielo para este paso. El agua fría también hace que sea más fácil pelar los huevos sin que la cáscara se adhiera al blanco.
Un tiempo de cocción de 12 minutos resulta en un huevo duro tradicional con un blanco firme y una yema de color amarillo pálido firme, ideal para usar en huevos rellenos o como bocadillo. Reducir el tiempo de cocción a 10 minutos mantiene el blanco firme, pero la yema suave. Los huevos que se cocinan entre cinco y siete minutos tienen una yema que está casi líquida, perfecta para agregar al shoyu ramen o para desayunar con tostadas de parmesano.