La mayoría de los tipos de refrescos regulares contienen altas cantidades de azúcar y cafeína. Los refrescos de dieta reemplazan el azúcar con edulcorantes artificiales, como el aspartamo. Todos los refrescos contienen ácidos de carbono y fósforo.
El consumo excesivo de sodas puede ser perjudicial para la salud. Las dietas que son demasiado altas en fósforo pueden agotar el cuerpo de calcio y magnesio, mientras que los ácidos de carbono pueden aumentar la acidez de la sangre. La cafeína en los refrescos aumenta la secreción urinaria de calcio y deja menos calcio en el cuerpo.
Al tomar refrescos, una persona ingiere azúcar a una tasa de aproximadamente 3 gramos por onza. Además de ser perjudicial para la salud dental, las altas cantidades de azúcar que se encuentran en los refrescos regulares ofrecen calorías vacías que conducen al aumento de peso e incluso pueden causar diabetes.
Aunque los refrescos de dieta no contienen azúcar y suelen ser bajos en calorías o incluso sin calorías, los edulcorantes artificiales utilizados en ellos pueden aumentar los antojos de alimentos y fomentar el aumento de peso.
Una lata de 12 onzas de refresco de Coca-Cola Classic contiene 140 calorías, 39 gramos de azúcar y 45 miligramos de sodio sin grasa ni proteína. Una lata de 12 onzas de Diet Coke contiene 0 calorías, 0 gramos de grasa y 0 gramos de carbohidratos. El aspartamo se utiliza como edulcorante.