Los niños que comen tres o más porciones de comida rápida por semana tienen un mayor riesgo de desarrollar afecciones crónicas de salud. Según las publicaciones de salud de Harvard
Comer comida rápida también puede poner a los niños en riesgo de desarrollar el eccema y la rinitis de la condición de la piel, que causa congestión nasal. El mayor riesgo para la salud de los niños debido al consumo de comida rápida es la obesidad. En comparación con las comidas caseras, las comidas rápidas agregan hasta 160 calorías a la ingesta total de calorías de un niño por día. Esta estadística preocupante es una de las razones por las que las tasas de obesidad en niños de todo el mundo se están disparando.
La comida rápida, como las hamburguesas, las papas fritas y los refrescos, contienen altos niveles de grasa y azúcar. Por ejemplo, las selecciones populares de hamburguesas suelen contener entre 700 y 800 calorías. Las hamburguesas a menudo se comen junto con las papas fritas de 400 calorías. A los padres les puede resultar difícil hacer que sus hijos dejen de comer comida rápida. En cambio, pueden ayudar a los niños a tomar mejores decisiones, como elegir elementos del menú con menos calorías. Reducir la cantidad de comidas que se consumen en los restaurantes de comida rápida es otra forma de reducir calorías y grasas.