Los tiempos de cocción varían según la temperatura de cocción y el tamaño de las pechugas de pollo. Sin embargo, la mayoría de las pechugas de pollo con hueso se realizan en aproximadamente 35 a 45 minutos cuando se cuecen al horno a 450 grados Fahrenheit.
La mejor manera de juzgar si una pechuga de pollo con hueso está bien cocida es usar un termómetro de lectura instantánea, insertándolo en la parte más gruesa de la pechuga. Cuando el pecho esté completamente cocido, el termómetro debe leer 165 grados Fahrenheit y todos los jugos deben estar limpios. Las pechugas de pollo con hueso son fáciles de preparar y, como tienen un hueso presente, el calor se distribuye de manera más uniforme durante la cocción, lo que permite obtener un producto acabado jugoso y consistente.