Las aves de corral, carne de res, ternera y cordero son carnes populares que están disponibles durante todo el año en Francia, y la carne de caza a menudo se come durante la temporada de caza. Las manzanas, bayas, uvas, melocotones y peras frescas se encuentran entre los productos más comúnmente utilizados, mientras que las verduras cultivadas localmente incluyen papas, zanahorias, fugas y nabos.
Los franceses se encuentran entre los mayores consumidores de queso en el mundo, y una mesa no suele estar sin vino en todo el país. Los huevos de buena calidad se suelen servir revueltos o duros. Los hongos cultivados localmente aparecen en la cocina francesa, y la trufa y el champiñón son dos ejemplos destacados. El marisco es también un elemento básico de la cocina francesa. Bacalao, salmón, trucha, músculos, camarones, calamares y enlatados y sardinas frescas llegan a las mesas francesas.
Hay una fuerte influencia regional en la cocina francesa. Mientras que los ciudadanos franceses que viven en ciudades a menudo cenan en una multitud de platos de todo el país, es más probable que las personas de las zonas rurales coman lo que se cultiva y se cosecha localmente. El norte de Francia es famoso por sus especialidades de estilo rural que incluyen manzanas, papas, cerveza y salchichas. El sur de Francia es conocido por sabores sofisticados que resultan de la influencia de la cocina mediterránea.