La forma más fácil de determinar si el salmón está completamente cocido es verificar si el interior ha pasado de ser translúcido a opaco, y la carne resiste un poco la descamación o la extracción del hueso. Al usar una carne termómetro para comprobar, una temperatura de 145 grados Fahrenheit es ideal.
La cocción excesiva del salmón da como resultado una carne opaca que se escama fácilmente, lo que denota una falta de humedad. Cocinar el salmón correctamente requiere atención, ya que hay poco tiempo entre cocido y recocido. Los chefs a menudo controlan el salmón presionando la parte superior del pescado. El salmón cocinado correctamente es firme al tacto con un poco de "dar" de la presión.