Aunque comúnmente se cree que el té actúa como un diurético, causando una micción más frecuente, este es un mito médico que no está respaldado por evidencia científica. Del mismo modo, la investigación indica que el café no tiene un efecto diurético significativo.
Los estudios sobre los efectos del té se han centrado generalmente en la cafeína, que puede tener un efecto en los riñones si se consume en grandes dosis. Si bien la cafeína en el té podría considerarse un diurético suave, el consumo de té tendría que ser significativo para que no tenga efectos adversos en los niveles de hidratación. Parece probable que las personas simplemente estén conscientes de que necesitan orinar después de tomar té, pero este también sería el caso si hubieran consumido la misma cantidad de agua.