Las sobras de pizza, ya sean caseras, congeladas o para llevar, duran de tres a cinco días en el refrigerador y hasta seis meses en el congelador cuando se almacenan adecuadamente. Antes de guardar, envuelva la pizza sobrante con papel de aluminio o plástico, o transfiérala a un recipiente hermético y seguro para el congelador.
Descongele la pizza sobrante congelada en el refrigerador antes de recalentar. La pizza sobrante se puede comer fría o recalentada en el horno a 350 grados Fahrenheit durante 10 minutos. La pizza de microondas tiende a hacer que la corteza sea dura y masticable. Agregar unas gotas de agua al plato ayuda a mantener la corteza suave y comestible.