Los carbohidratos son una fuente de energía necesaria. El cuerpo humano descompone los carbohidratos en glucosa que luego utilizan las células, tejidos y órganos del cuerpo. El azúcar extra se almacena en el hígado y los músculos.
Hay dos tipos de carbohidratos: simples y complejos. Los carbohidratos simples son azúcares que son digeridos por el cuerpo con bastante rapidez y se absorben rápidamente en el torrente sanguíneo, lo que proporciona al cuerpo la energía necesaria. Los carbohidratos complejos, o almidones, deben ser degradados por el cuerpo antes de ser utilizados como energía. Los carbohidratos simples son los azúcares naturales que se encuentran en las frutas, verduras, queso y leche, así como los azúcares refinados que se agregan a los alimentos como el chocolate, las jaleas, las pizzas, los refrescos, la miel y los pasteles. Los carbohidratos complejos se encuentran en alimentos como los plátanos, los frijoles, el arroz integral, las nueces, la avena y las papas. Los almidones refinados en arroz blanco, pasta blanca, pan blanco y harina blanca también son carbohidratos complejos.
Una dieta saludable consiste en un balance de carbohidratos y proteínas, aunque la ingesta diaria de carbohidratos debe ser el doble de la ingesta diaria de proteínas. Un gramo de carbohidratos contiene 3,75 calorías. Un gramo de proteína contiene 4 calorías. En comparación, 1 gramo de grasa contiene 9 calorías.