El cultivo de arroz produce gas metano al alimentar a los microbios que viven debajo de los arrozales. El arroz es el segundo cultivo más grande del mundo en términos de producción.
La agricultura de arroz es una de las fuentes de gas metano más importantes creadas por el hombre. En un mundo afectado por el cambio climático, el cultivo del arroz es cada vez menos respetuoso con el medio ambiente. Los niveles más altos de dióxido de carbono en la atmósfera hacen que las plantas de arroz en los arrozales crezcan a un ritmo más rápido. Esto, a su vez, alimenta a los organismos microscópicos que viven más rápido bajo los arrozales, lo que hace que más metano ingrese a la atmósfera. Además, el aumento de las temperaturas disminuye el rendimiento del arroz, lo que significa que se crea más metano por cada libra de arroz producido.
Sin embargo, estos problemas pueden solucionarse si los agricultores implementan ciertas técnicas de cultivo. Por ejemplo, desde el año 2000, los productores de arroz en China han comenzado a drenar los arrozales en lugar de inundarlos en medio de la temporada de crecimiento, así como a utilizar diferentes fertilizantes, lo que redujo significativamente las emisiones de metano. Otras opciones recomendadas por los científicos incluyen cambiar a variedades de arroz que son más resistentes al calor y hacer cambios en las fechas de siembra y cosecha. Esto ayudaría a aliviar el problema de los rendimientos disminuidos, reduciendo efectivamente las emisiones de metano que produce cada libra de arroz.