La mezcla de agua y azúcar produce una mezcla que se llama solución. En los laboratorios de química, este es a menudo un experimento utilizado para demostrar la solubilidad de un soluto en un solvente. En este experimento, el soluto es azúcar y el agua es el solvente.
Para formar la solución, el azúcar se disuelve en un vaso de agua. Para que se produzca la disolución, tiene que haber más disolvente que soluto. La solubilidad se define como la cantidad de soluto que se disuelve en el solvente.
La solución de agua con azúcar es una mezcla homogénea porque el azúcar se distribuye completamente en el agua. Esta mezcla homogénea es uniforme tanto en apariencia como en composición. La mezcla también se llama solución porque el soluto y el solvente están en una sola fase.