La cáscara de un huevo es un recubrimiento poroso hecho de carbonato de calcio que tiene hasta 7,000 poros pequeños. Su trabajo es proteger el embrión al tiempo que permite la transferencia de gases. El dióxido de carbono y el exceso de humedad salen del huevo, mientras que los gases atmosféricos, como el oxígeno, pasan al huevo. Las membranas externa e interna están debajo de la cáscara, y protegen al embrión de las bacterias y ayudan a retener la humedad necesaria.
La albúmina, también conocida como la clara del huevo, es la sustancia en la que crece el embrión. También proporciona proteínas para el desarrollo del embrión. Dos acordes, conocidos como chalazae, actúan como anclas para la yema de huevo y la mantienen en su lugar en el centro del huevo.
La yema de huevo es la parte del huevo que proporciona alimento para el embrión de pollo. Dentro de la yema, hay una mancha conocida como el disco germinal, que contiene toda la información genética de la hembra.