Los fabricantes suelen fabricar barriles de cerveza de acero inoxidable, aunque en ocasiones también se usa aluminio. Los barriles comerciales utilizados en bares y restaurantes tienen un tubo de metal dentro del barril que va desde el fondo del recipiente hasta La válvula a través de la cual se vierte la cerveza.
El acoplador en un barril se conecta a la válvula, conectando dos tubos al barril. La tubería unida al acoplador típicamente está hecha de vinilo o polietileno. Uno de estos tubos controla el flujo de gas en el barril, mientras que el otro controla el flujo de cerveza fuera del barril. El dióxido de carbono embotellado y /o el nitrógeno se conectan al barril con el tubo, presionando el barril para facilitar la dosificación.
Históricamente, los cerveceros transportaban cerveza en barricas de madera. Estos primeros barriles estaban hechos de tiras de roble unidas con aros de acero. Una vez que la elaboración de cerveza se convirtió en un proceso industrial floreciente y generalizado, los cerveceros comenzaron a utilizar materiales metálicos más fuertes para los recipientes. A mediados del siglo XIX, los tanques estaban hechos de cobre. En la última parte de la década de 1950, el acero inoxidable reemplazó a los recipientes de producción de cobre. Durante la siguiente década, los materiales de aluminio más livianos ganaron preferencia con una resistencia comparable a la del acero inoxidable con aproximadamente un 30 por ciento menos de peso de material.