Dos ventajas principales para el uso de OGM, u organismos modificados genéticamente, son el aumento de los rendimientos de los cultivos y la resistencia a plagas y enfermedades. La modificación genética no siempre implica el uso de productos químicos y, en ocasiones, se puede lograr mediante injertos, cría selectiva y mestizaje.
Los organismos modificados genéticamente pueden tener un impacto positivo tanto para los productores como para los consumidores. Desde un punto de vista económico, los OGM pueden aumentar el rendimiento de los cultivos, haciendo que los agricultores sean más eficientes. Estos aumentos en el rendimiento pueden ser el resultado de una amplia gama de ventajas genéticas introducidas en el cultivo. Por ejemplo, una variedad de lechugas que tiene una mayor resistencia al frío y las heladas podrían significar que el agricultor puede retener una mayor cosecha después de que una helada temprana dañe una gran parte de un lote.
Un ejemplo bien conocido de modificación genética que resulta ventajosa para los consumidores y productores es el uso de rizomas estadounidenses en viñedos a fines del siglo XIX. Después de enviar portainjertos a Europa desde América, un brote de un áfido altamente agresivo llamado Phylloxera diezmó los viñedos europeos. Después de darse cuenta de que los viñedos estadounidenses no eran tan susceptibles al insecto, los fabricantes de vino comenzaron a injertar sus vides en las raíces del Nuevo Mundo. Como resultado, el mercado europeo pudo recuperarse casi por completo del brote.
Sin embargo, la falta de datos científicos definitivos con respecto a la seguridad de los genes utilizados para crear OMG presenta incertidumbre con respecto a los problemas de seguridad. Otra desventaja potencial es que los cultivos modificados para soportar dosis más altas de pesticidas presentarán invariablemente el riesgo de que queden más sustancias químicas en los alimentos una vez que lleguen al consumidor. Por lo tanto, no solo los genes utilizados para modificar organismos pueden ser dañinos por sí mismos, sino que los productos químicos agregados durante la producción también pueden presentar riesgos.