El corte selectivo permite que los ecosistemas soporten más vida silvestre que el corte claro y permite que los bosques conserven algo de su resistencia a las enfermedades y plagas. Además, los estudios muestran que los niveles de absorción de carbono se recuperarán rápidamente si el corte selectivo se realiza correctamente. Algunas de las desventajas son que algunas especies pueden no regenerarse rápidamente, y el adelgazamiento del bosque puede aumentar el daño causado por el hielo, las tormentas o los incendios.
Una de las mayores ventajas del corte selectivo es que se reduce el impacto ecológico general en el bosque. Aunque el proceso es invasivo, un bosque de corte selectivo es capaz de soportar muchas más especies que un bosque de corte claro. Además, la tala de un bosque lo deja mucho más vulnerable a las enfermedades que el corte selectivo. En algunas áreas, la tala de árboles viejos puede dejar espacio para nuevas especies que pueden hacer frente a la sombra mejor que los árboles originales. Finalmente, la investigación realizada en el Amazonas por Michael Goulden de la Universidad de California en Irvine sugiere que los bosques recuperan la mayor parte de su capacidad para absorber dióxido de carbono poco después de que se cortan de forma selectiva.
Sin embargo, todavía hay desventajas para el corte selectivo. Hay algunas especies de árboles, en particular pinos, abetos y secoyas, que no se regeneran bien después del corte selectivo. Esto significa que la composición de un bosque en general puede cambiar después del corte selectivo. Las tormentas de viento y hielo pueden dañar las áreas abiertas dejadas por el corte selectivo. El fuego también es un riesgo después del corte selectivo, ya que el suelo se seca y es más probable que se inicien los incendios. Finalmente, si bien un bosque puede recuperar su consumo de carbono rápidamente después de un corte selectivo, un bosque que vuelve a crecer después de ser cortado no tiene la diversidad completa de un bosque antiguo.